miércoles, 4 de enero de 2012

LA PAZ QUE NO PERTURBA


En estos días ciento que las perturbaciones no tienen fin se hacen más largas, periódicas y constantes, es difícil mantener el equilibrio y la perfecta armonía interior, conseguir un estado natural de felicidad.

La paz habita en lo más profundo del corazón y aparece cuando tengo ausencia de deseos, cuando estoy libre de egoísmo, avaricia, cólera, mentira y celos encontré una definición perfecta de lo que significa la paz que me gusto mucho:

La paz es un estado de quietud, consiste en estar libre de perturbación, ansiedad, agitación, descontrol o violencia. Es armonía, silencio, calma, reposo, descanso. Específicamente, significa la ausencia o el cese de guerra, es el estado natural y feliz del hombre; la paz no se halla en el corazón del hombre carnal. La paz no se halla en el corazón de los políticos, de los dictadores, de los reyes, ni de emperadores. La paz se halla en el corazón de los sabios, de los santos y de los hombres espirituales. Se encuentra en el corazón de un hombre sin deseos que haya controlado sus sentidos y su mente. La avaricia, la pasión, los celos, la envidia, la ira, el orgullo y el egoísmo son los enemigos de la paz; aniquila a estos enemigos con la espada del desapasionamiento, la discriminación y el desapego, y disfrutarás de una paz perpetua, la paz no se halla en el dinero, las casas, ni las posesiones. La paz no habita en las cosas externas, sino dentro del alma, el dinero no puede proporcionarte la paz.

Hay ciertos momentos en el día que puedo conseguirla realmente; pero también así como llega también se va; es cuando mi mente comienza a perturbarse por los deseos, la ausencia de paz me ataca y llena de descontrol mi vida; por tal, quiero anotar y expresar los momentos de paz que he captado últimamente, a lo largo de mi vida conforme vaya recordando (generalmente son los mas sencillos) escribo con el objeto de recordarlos, anotarlos, analizarlos y poder conservar por mucho tiempo, la armonía y felicidad que tanto busco y no encuentro.

Comprar bendiciones
Una tarde de mucho calor, regresaba a casa, subí a una combi, comencé a observar a la gente indiferente, unos escuchando música, otros chateando con sus celulares, conversando, otros callados y con la mirada perdida, algunas con miradas tristes, otros durmiendo y cansados, el micro no estaba demasiado lleno, de pronto subió uno de esos niños vendedores de caramelos, de aproximadamente 11 años, de ojos muy tristes, vocecita casi imperceptible, no estaba actuando para dar tristeza, por que sus ojos me reflejaban que tenia una necesidad de conseguir algo, vestía bue jeans mas gastados que el mas viejo de los míos, un polito blanco limpio pero también viejito, empezó a ofrecer sus caramelos de perita a 10 céntimos la unidad, la gente lo miraba y algunos le compraban, otros ni lo miraban, no le había yo prestado mucha atención hasta que llego a mi lugar a ofrecerlos, compre 10 por un sol; por que realmente me provoco comprarlos y no por caridad, al levantar la cara para pagarle y el al contar sus caramelitos uno por uno nuestras miradas se entrecruzaron y decidí regalarle un sol mas, escuche su voz y sus ojos reflejaban una luz especial diciendo gracias señor que Dios lo bendiga. Sentí verdadera paz deje de perturbarme y de pensar en mis deseos; creo que su bendición produjo efecto con un silencio que instantáneamente produjo un estado de serenidad y de calma, de alegría y de paz.

Un General de Chuparse los dedos
Era la noche de año nuevo, las doce ya habían pasado, nada fuera de lo normal y tradicional, comer las doce uvas, el abrazo a los amigos, algunos tragos y la parrilla que no estaba tan buena, todos estaban felices, pues celebrábamos el ascenso de dos amigos oficiales, ya era un poco tarde nadie estaba demasiado mariado solo felices, eran casi las 3 de la mañana y sentí ganas locas de cocinar ya que es una de mis grandes pasiones, no tenia demasiado para hacerlo, solo un pequeño cuchillo mondador que llevaba en el bolsillo que lleve para cortar los limones para el trago, encontré disponible una bolsa de picaña que no la habían utilizado en la parilla, decidí hacer una creación espontanea con mi pequeño cuchillo corte la carne en julianas, un poco de sal lo marine con un whisky que tenia a mano y un poco de salsa chimichurri y ya listo todo en 4 minutos, lo tire en una raquetera eléctrica, busque la cocción perfecta y listo para el emplatado, las piezas tenían un bonito color caramelizado, con pequeños toques del perejil del chimichurri, el aroma del ajo y el jugo propio de carne marinada, gracias al escoses lo hacían irresistible con solo mirarla, no les cuento lo demás en 2 minutos mágicamente la preparación desapareció, disfrutaba viendo comer a mis amigos, disfrutaba la felicidad y gusto en sus caras, que me decían que bueno esta esto, esta espectacular, cuando se acabo todo, el General recientemente ascendido se para de la mesa cogió una cuchara y se termino de tomar el jugo de la preparación delante de todos, en ese momento sentí que cuando las cosas se hacen con cariño y pasión todo se disfruta, nuevamente sentí el estado natural de la felicidad y armonía interior, en perfecto castellano sentí paz.

Conversación sin palabras
Estaba en la zona del VRAE Pichari, destacado por un periodo de 06 meses, viviendo de cerca la guerra interna del Perú con el terrorismo, es en este lugar donde conocí a tres personas, que de diferente perspectiva, hablábamos de Dios, un sacerdote, un capitán evangélico, un mayor agnóstico y un técnico que leía la biblia todo el día, creo que dios nos junto en la guerra para que yo sepa que realmente El existe.

Estas conversaciones frecuentes confundidas con mis pensamientos de angustia ocasionados por unos problemas que deje en lima donde la existencia de la maldad para mi se hacia evidente, hacían que mi mente se pregunte constantemente ¿donde esta Dios? ¿Y que quiere el de mi?

El momento que les voy a relatar, es el momento en que sentí que Dios me hablo, por lo que quisiera tener las palabras exactas para expresar como el se comunica con nosotros aquí en la tierra, el no se comunica con palabras. Si no con el sentimiento, lo que hace difícil querer y poder expresarlos, Pero yo quería escuchar su voz y sus respuestas.

En una cabaña con techo de dos aguas, que protege del sol, unos depósitos de combustible que abastecían a los helicópteros militares, frente a este lugar había un espacioso campo que hacia las funciones de helipuerto, detrás de este espacio verde había dos montañas que cierran el valle del pueblo, formando una quebrada donde se aleja el horizonte, en donde cada semana se forma uno que otro arcoíris pareciendo acariciar las montañas verdes, cubiertas de arboles, prados y tierra que se entremezclan con nubles color blancas y acero proyectándose al cielo majestuosas e imponentes, fue en este lugar especifico que sentí la presencia de Dios, o puedo llamarla de alguna manera comunicación.

En este lugar fue que sucedió, era el momento que un helicóptero despegaba para recoger a una patrulla de combate, las palas del helicóptero movían el viento fuertemente, estaba lloviznando, el viento, el rocío y la tierra del lugar pegaban fuertemente en mi cara, fue como una sensación sobrenatural de paz extrema comenzaba a recorrer todo mi ser, el ruido estrepitoso de los motores mágicamente se silenciaron y en un estado de embelesamiento y encanto pregunte ¿donde estas? Estoy siempre contigo en cada sentimiento de ternura que tu corazón tiene a tu alrededor, como no necesito hablar con palabras utilizo cada situación y a las personas que te rodean para que me conozcas y te acerques mas a mí, cuando estas sintiendo angustias es la ausencia de Dios en ti, estoy contigo ahora decidí hacerlo y me has encontrado, siempre te llame y no me escuchabas, tenias miedo, odio, rencor y otros deseos que no te permitían encontrar la paz que tanto reclamas; ¿qué quieres de mi? Fue mi segunda pregunta y fue cuando sentí que debía escribir.

Ahora trato que mis sentimientos se conviertan en cada palabra que escribo, sentí que puedo ser un instrumento para anunciarte a otros, que puedes ayudarnos a encontrar la paz y sentido a nuestra existencia, que nos podemos alejar de los deseos de la tierra para buscar otros superiores empecé a llorar y a estremecerme en ese momento, ahora que decidí escribir, siento que estas más cerca y cada vez que lo hago encuentro la paz que tanto reclamaba.

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